La palabra sostenibilidad está de moda, tanto, que, a menudo, se vacía de sentido. Por eso, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de logística sostenible? La Asociación de Operadores Logísticos de Elementos Reutilizables Ecosostenibles (Areco) nació en 2010 por iniciativa de un grupo de empresas pertenecientes al sector del pooling, que gestiona envases, contenedores y pallets reutilizables en la distribución agroalimentaria. En la actualidad forman parte de Areco las principales empresas del sector (Ifco Systems, Euro Pool System, Logifruit, Chep y LPR), que representan prácticamente el 95% de este mercado. El objetivo de Areco, desde su nacimiento, ha sido promover el uso de envases y elementos de transporte reutilizables en el transporte de alimentos desde el productor hasta la distribución. ¿Pero por qué la logística agroalimentaria debería utilizar este tipo de envases y no otros?
Manuel Montero, presidente de la Asociación de Operadores Logísticos de Elementos Reutilizables Ecosostenibles (Areco)
Plástico reciclable al 100%
Tradicionalmente el plástico, material principal con el que están fabricados los envases, contenedores y pallets (estos últimos, también de madera) que gestionan las empresas de pooling, ha sido un material cuestionado por no ser biodegradable. Sin embargo, esta crítica surge del desconocimiento de cómo se emplean estos envases y elementos plásticos y de cómo se trata el plástico al final de su vida útil.
Para entender por qué el sistema de envases de plástico reutilizables es más sostenible que los de un solo uso, los científicos lo explican a través del análisis del ciclo de vida, una metodología que sirve para evaluar ambientalmente un producto o un servicio.
Esta evaluación se realiza en toda la cadena de valor del producto (desde las materias primas a la gestión del residuo) y teniendo en cuenta un conjunto de indicadores ambientales, como la huella de carbono o la huella hídrica.
Diferentes estudios europeos, como el del Instituto Fraunhofer de Alemania (2009), han analizado, desde el punto de vista del ciclo de vida, los tres sistemas más frecuentes utilizados en Europa para el transporte de frutas y hortalizas en la distribución agroalimentaria, esto es, envases y embalajes de plástico reutilizables, de madera y de cartón, estos dos últimos, de un solo uso.
Para comparar los tres sistemas de envases, el estudio toma como referencia el transporte de 1.000 toneladas de frutas y hortalizas. Para su distribución en cajas de cartón y/o madera, es decir, de un solo uso, se necesita producir 3.333.350 cajas, mientras que, en el caso de los envases de plástico, dado que se pueden reutilizar hasta en 100 ocasiones, con un porcentaje de llenado de 4,8 veces al año y una vida útil media de 20 años, se necesitarían 66.667 cajas.
Esto supone, de entrada, que se necesita fabricar muchas menos cajas de plástico que de cartón o madera, por lo que se consumen menos recursos —energía, agua, materias primas— y, por lo tanto, se realizan menos emisiones de CO2 a la atmósfera, entre otros factores.
Por otra parte, contrariamente a lo que se cree, el plástico se recicla al 100%, es decir, toda la materia de las cajas en desuso se puede aprovechar y, a partir de ellas, fabricar el mismo envase, mientras que, en el caso del cartón, por ejemplo, para hacer nuevas cajas se necesita un porcentaje importante de materia nueva que aporte la resistencia necesaria para transportar productos, como las frutas y hortalizas, que generan humedad.
Por tanto, para calificar un sistema de logística como más o menos sostenible deben analizarse no sólo los materiales que utiliza, sino cómo se emplean y cómo se desechan.
Mejor conservación del producto fresco
Pero las ventajas de los envases y elementos de transporte reutilizables no sólo tienen que ver con el medioambiente, sino que afectan, de forma positiva, a todos los operadores de la cadena de suministro.
El productor, además de ahorrarse costes en comprar envases, tiene la garantía de que sus productos llegarán a la distribución en las mejores condiciones, ya que las cajas de plástico, firmes y resistentes, permiten apilar el contenido sin dañarlo. Y, al estar abiertas, favorecen la refrigeración del producto, lo que es especialmente importante en el caso de las frutas y las hortalizas frescas.
Desde el punto de vista de la logística, las ventajas de los envases reutilizables residen principalmente en que reducen el espacio para el almacenamiento, ya que las cajas se pliegan; permiten la estandarización, lo que incrementa la productividad; se minimiza la energía necesaria para el enfriamiento; y ofrecen mayor seguridad e higiene.
Por su parte, la distribución también sale beneficiada de este sistema de pooling, ya que con él se elimina la necesidad de reenvasado (el producto permanece en el envase en el lineal) y se reducen a cero los residuos, puesto que los operadores logísticos recogen los envases, contenedores y pallets usados. Es más, no sólo los recogen sino que los devuelven a sus plantas de lavado y acondicionamiento. Una vez allí, los lavan e higienizan y, en caso de que sea necesario, los reparan hasta quedar listos para una próxima reutilización hasta que termina su vida útil.
En definitiva, aunque este procedimiento se aplica fundamentalmente en el ámbito industrial, supone una revolución en la forma de plantear nuevos hábitos de consumo que valoren la reutilización frente al “usar y tirar”, que ha sido la norma en las últimas décadas.
Fuente: Interempresas
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